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Un incendio acaba con tres monorraíles de la Expo 92

Diario de Sevilla | Jueves, 01 de Enero de 1970, 00:00:00

El fuego, que pudo ser provocado, calcinó casi por completo tres trenes que estaban abandonados en una parcela de la Isla de la Cartuja desde el fin de la Muestra Universal

uno de tres. Dos jóvenes contemplan
el incendio del primero de
los tres trenes calcinados, con
algunas pintadas que
denotan su abandono.

Un incendio que según todos los indicios fue provocado ocasionó ayer la destrucción casi total de tres de los seis trenes monorraíles que estaban abandonados desde la Exposición Universal de 1992 en un solar de la avenida Americo Vespucio, en la Isla de la Cartuja. La rápida intervención de los bomberos en la extinción del incendio evitó que el fuego fulminara completamente uno de los principales símbolos de la Muestra sevillana de hace 13 años, para el que se han buscado múltiples soluciones, pero que ha permanecido aparcado durante este tiempo en un rincón de La Cartuja con la única compañía de una oficina también abandonada y la visita puntual de indigentes y pandillas de jóvenes, que han decorado estos trenes con numerosos graffitis y que ahora se presentan como los principales sospechosos del siniestro.

El fuego comenzó en torno a las cinco de la tarde, cuando unos agentes de seguridad que patrullaban en una zona muy cercana a esta parcela escucharon una pequeña explosión. "Inmediatamente acudimos a ver qué pasaba, y ya estaba todo el tren ardiendo y con mucho humo", señaló uno de estos agentes de seguridad. La intensa columna de humo que generó el fuego pudo contemplarse desde cualquier punto de la ciudad durante buena parte de la tarde. Este mismo agente de seguridad rechazó en un primer momento que el incendio pudiera ser provocado, aunque señaló que "quizá fuera algún indigente que estaba dentro del tren calentándose con algo que le explotó". En cualquier caso, el agente explicó que tras la explosión y el inicio del fuego revisaron la zona colindante con la parcela "y no pudimos ver a nadie, por lo que no podemos entender cómo se generó el fuego". No obstante, fuentes del Cuerpo de bomberos reconocieron que existe "un 99 por ciento de posibilidades de que sea intencionado porque aquí, y en esta fecha, no hay forma de que salga ardiendo por sí mismo". La seguridad privada que patrulla por este punto de La Cartuja aseguró que "nunca hemos visto a nadie dentro de los trenes o la parcela, aunque resulta evidente que vienen por aquí por las pintadas que tienen los trenes". Además, reconoció que la calle donde están situados los monoraíles –perpendicular a Américo Vespucio– "da muchos problemas y hemos sufrido muchos robos en los vehículos que aparcan por aquí". El fuego del primer tren se propagó rápidamente, de forma que cuando llegaron los Bomberos –diez minutos después, aproximadamente– ya estaban ardiendo tres trenes. El cabo de extinción de incendios Juan Carlos Rodríguez confirmó que los primeros trabajos de la unidades que llegaron al lugar fue "tratar de evitar que el fuego continuara hacia los tres que ardían" y, cuando esto se consiguió, "centrarnos en la extinción de los vagones de estos tres trenes". Buena culpa de la rapidez con la que se extendió el fuego fue el material volátil que tenían los vagones en su interior, como el suelo enmoquetado o la gomaespuma de los asientos. La tareas de extinción fueron, además, especialmente complicadas, según confirmó el propio Juan Carlos Rodríguez, dado que los trenes "estaban muy juntos entre sí, lo que nos ha obligado a apagar primero uno y después, desde éste apagado, atacar al siguiente". Los agentes llegaron a necesitar máscaras de aire porque "el tren está compuesto por aluminio, que puede tener elementos tóxicos". En total, se desplazaron a la zona ocho vehículos, entre ellos, cuatro camiones de agua, dos unidades de mando, una unidad de iluminación y 25 bomberos. Los seis vagones que hasta ayer permanecían como uno de los restos de la Exposición Universal –y que son propiedad de la empresa estatal Agesa– llevan prácticamente desde el año 1992 abandonados en esta parcela situada en el extremo norte de la Isla de la Cartuja, muy cerca del Estadio Olímpico y la Facultad de Ciencias de la Información. Desde el fin de la Muestra, muchas voces han pedido su recuperación para la ciudad.

Antonio Chamorro

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