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Juan Carlos De Marco - Argelia Sellos Pasaporte

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Barra libre en la Cartuja

Diario de Sevilla | Jueves, 01 de Enero de 1970, 00:00:00

Vallar el recinto para nada. Una alambrada rodeaba los 430 metros de perímetro del Edificio Expo, en la actualidad propiedad de Agesa. La empresa administradora del patrimonio material de la Expo 92 no ocultaba su preocupación ante la botellona. Alicia Ruiz Badanelli, directora general de Agesa, agradecía que el Ayuntamiento hubiera modificado el recinto definitivo de la llamada fiesta de la primavera. "Nos podían haber avisado", decía de todas formas antes de subir a un coche de Prosegur para hacer una inspección sobre el terreno. La directora general desmintió que hubieran recomendado a los trabajadores del antiguo World Trade Center de la Expo que abandonaran el edificio antes de la una del mediodía. "Yo no tengo que decirle a la gente a qué hora tienen que salir", dice de este heterogéneo colectivo donde conviven 50 empresas y 700 trabajadores.

A las inmediaciones del Edificio Expo llegaban algunos despistados. Los siete magníficos, por ejemplo. Siete jóvenes que subieron bien pertrechados al Circular de la Cartuja. Tuvieron que dejar fuera un carro de MAS. "Te tenías que haber hecho el minusválido", le decía uno a otro. Por Resolana, grupos de jóvenes arrastraban su carro correspondiente lleno de botellas. Carros como simpecados de esta romería festiva y absurda. Los siete magníficos hacían recuento de la munición etílica. "Ron seguro que no sobra. Hay cuatro botellas y somos ocho. Y 40 botellines". El botellín es el mínimo común múltiplo del botellón. No han llegado y ya piensan en la próxima. "El Viernes de Dolores tenemos que organizar otra". Uno tiene examen. Otro, bodas de oro. "De un hermano de mi abuelo". Por lo oído, hay algún creyente. "Yo rezo para que juegue la Champions, pero Raúl no se habla con Ronaldo". Divisan a cuatro policías apostados en la entrada de Isla Mágica. "Los monos", dice uno. "¿Tú llevas costo? Por si nos cachean a la entrada". En la parte trasera del autobús, la perspectiva contraria. "Hay hasta policía a caballo", dice una señora. El caballero, flemático, responde: "¿Caballos? Lo que me extraña es que no haya elefantes o camellos.". La rogativa del alcalde surtió efecto. La lluvia es un aliado ideológico. O un adversario. En su novela La jornada de un interventor electoral, decía Italo Calvino que la lluvia siempre favorece a la derecha. Antes se jaleaba: "La lluvia de Fraga no nos apaga". Pero en este caso, la lluvia vino para favorecer los propósitos de un alcalde socialista. Deslució el festejo. Ni Edificio Expo ni Charco de la Pava. En terreno neutral, los apeaderos de la Expo, la efímera terminal del Ave convertida en red de vías por las que no pasa ningún tren. Bajo las carpas. "La fiesta de la primavera empezó con unas carpas", recuerda Juan Ramón Roelas, de Agesa, "cada Facultad ponía sus veladores y su barra, pero no sé cuándo se cambió el formato de carpa por el callejero. Recuerdo que se llamaba Ambiente 92". Ambiente 2006. Menos gente que la esperada, porque lo que hace internet lo deshace la lluvia. Botellón contra el garrafón. ¿Para divertirse? ¿Para salir en la tele? ¿Para protestar? "Nosotras venimos para divertirnos". Ninguna de las cuatro –Beatriz, Sara, Rocío, Irene– es todavía universitaria. Sólo Rocío tiene clara su vocación. "Me quiero dedicar a la traducción". Son de Alcalá de Guadaíra. Ninguno de sus padres es panadero –un albañil, un maquinista, un carpintero, un electricista: un chollo de cuarteto–, los cuatro saben dónde están sus hijas. En la buena compañía de su amigo Alberto, que quiere estudiar Turismo. Hay de todo. La diversión vence por goleada al malaje. Ellas se abrazan con vehemencia. Ellos mean con fruición. Algún majareta juega a Tarzán haciendo el mono en los cables que dejó la antigua estación ferroviaria. Otro se sube a la torreta cual émulo ridículo de Rodrigo de Triana. Jesús es brasileño de Río y trabaja de vigilante en una discoteca de Huelva. Es como la locura de Canudos, esa concentración milenaria de La guerra del fin del mundo, aunque ésta más que por Mario Vargas Llosa tendría de narrador a Palito Ortega. Una utopía juvenil en la que Saint-Simon le cede la primacía a Don Simón. Gonzalo vino con otros amigos en dos coches desde Badajoz. Estudia Administración y Dirección de Empresas. El Ayuntamiento pacense les chafó la fiesta. "La Policía no nos dejó celebrarla en la plaza de San Antón y quería que la hiciéramos en la ribera fluvial". A orillas del Guadiana. Los estudiantes extremeños se suman a la algarabía, a los vítores sanferminescos, especialmente cuando ven merodear una cámara de televisión. El estribillo, "venimos a emborracharnos y el resultado nos da igual", tiene derechos de autor de la hinchada del Cádiz en Carranza. Una variante borrachuza de la consigna del barón de Coubertin. Parece que están esperando el autobús, pero simplemente están protegiéndose de la lluvia. Y esperando a las dos amigas que faltan: Luigi (María Luisa), que llegará después en su coche y estudia Ingeniería Aeronáutica, y Laura, que trabajó en Zara y en Mango "y siempre llega tarde". Por fin se baja del C1 y se dirigen al apeadero. Que ayer era un derivado de pea. Es toda una delegación provincial. Los ingredientes de la botellona –por deformación, botellona sería el contenido y botellón el continente– los ha comprado Francisco José Guerrero, estudiante de Historia del Arte, en el Dia de La Puebla de Cazalla donde su padre trabaja de encargado. El grupo lo completan Isabel Moreno, de Osuna, que prepara oposiciones para Psicopedagogía; María Fernández, de La Puebla de Cazalla, también en la vigilia de las oposiciones; y Ángela González, de la localidad sevillana de El Rubio, que por la tarde tiene botellón y por la mañana tuvo examen en la Olavide de Ordenación del Territorio. "Me han preguntado por los fondos estructurales y los fondos de cohesión europeos". Como para quedarse en casa. Se ven grupos dispersos por toda la Cartuja, como un día de puertas abiertas en vísperas de la inauguración de la Expo. La logística es de un final de etapa de la Vuelta Ciclista. En la calle Inca Garcilaso, en dirección Puerta Triana, han instalado una jaima de primeros auxilios, un Puesto de Mando Avanzado. Lipasam, bomberos, policía, ambulancias. Un autobús de turistas alemanes (Pichler-Reisen) pasa junto a Torretriana. "Típica botellona". La botellona tiene desertores. Josefina Fernández sale de un curso de Cocina en el hotel Islacartuja. Huye que huye. "No me gustó con 15, con 20 ni con 30".

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