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La obra de Eduardo Arroyo para el incendiado Pabellón de los Descubrimientos no paralizará Puerto Triana

ABC | Jueves, 01 de Enero de 1970, 00:00:00

r de la denuncia realizada por el pintor Eduardo Arroyo, autor de la obra «Los Deshollinadores» del Pabellón de los Descubrimientos, el proyecto comercial y de ocio Puerto Triana no encontrará ningún obstáculo para poder llevarse a cabo. El presidente de Ayesa, empresa de su sociedad promotora, confirma que «saldrá adelante sin problemas».

Puerto Triana «se puede hacer con independencia del proyecto que se tenía previsto para el Pabellón de los Descubrimientos». José Luis Manzanares Japón, presidente de la empresa de ingeniería Ayesa, accionista de la sociedad promotora del futuro parque comercial y de ocio, confirmó ayer a ABC que la denuncia realizada por el autor de «Los Deshollinadores» no paralizará, «ni supondrá obstáculo alguno» para la ejecución del proyecto. Ante la polémica surgida a raíz de que el pintor Eduardo Arroyo manifestase que ha puesto en marcha acciones legales contra la sociedad estatal Agesa, propietaria del antiguo pabellón, con el fin de reclamar la inmediata restauración de la obra y una indemnización por los daños ocasionados por lo que considera una «grave negligencia», el presidente de Ayesa ha declarado que «el proyecto no se paralizará de ningún modo», ya que Puerto Triana «no tiene nada que ver con el edificio de oficinas, en parte para uso municipal, y el hotel que se pretende hacer en el pabellón». Por ello, añade que el proyecto «se hará sin él, si Arroyo se empeña». De este modo, la ubicación del hotel y del edificio de cinco plantas, que urbanismo quería colocar junto al Puente del Cachorro y que estaba aún sin determinar en el proyecto diseñado inicialmente por la canadiense TrizecHahn, nueva accionista de la sociedad promotora Puerto Triana, que prefería además situarlo detrás del complejo comercial y de ocio, queda ahora en el aire.

Aún así, Manzanares afirma que «si Arroyo se cree que con su actitud va a tener motivos para apretar, está muy equivocado, porque su obra, totalmente podrida, se está cayendo a trozos y, como siga soplando el viento que está afectando en los últimos días a Sevilla, va a matar a alguien.A este paso, Arroyo no va a tener motivo de discusión, porque se va a quedar sin ninguna obra con la que seguir polemizando». Asimismo, el presidente de Ayesa cree que la polémica surgida tampoco afectará al acuerdo de participanción que se va a firmar con la multinacional canadiense, en principio previsto para esta semana, y del que «aún quedan muchos papeles que deben ser revisados por los abogados, ya que el contrato es muy extenso». LA APROBACIÓN DEL PLAN Mediante este convenio, TrizecHahn se incorporará a la sociedad promotora con una ampliación de capital que incrementará los recursos de ésta de 500 a 3.000 millones de pesetas, además de suponer un incremento de la inversión inicialmente prevista, que aumentará hasta una cantidad comprendida entre los 16.000 y los 20.000 millones, permitiendo la creación de 1.500 puestos de trabajo. Por otro lado, fente a una polémica que él considera sin importancia alguna, Manzanares se refirió a algo que sí estima relevante: la aprobación de la modificación del plan urbanístico necesaria para la ejecución del proyecto comercial y de ocio, que «aún está verde», pues estaba previsto para el pasado mes de noviembre. UNA POLÉMICA DENUNCIA · La historia de esta polémica comenzó la semana pasada, cuando el pintor Eduardo Arroyo, autor de la obra «Los Deshollinadores», con la que se decoró el incendiado Pabellón de los Descubrimientos, emprendió acciones legales contra la sociedad estatal Agesa, propietaria del edificio. · El artista reclama la inmediata restauración de la obra por los daños ocasionados a causa de lo que considera una «grave negligencia». · Agesa ha propuesto que el autor se haga cargo de la obra o bien que haga una nueva, de carácter definitivo, para ubicarla en otro lugar de la Isla de la Cartuja. En principio, tampoco descarta pagar una indemnización. · Para el autor, lo más imortante es que su obra no sea destruida.

Elena Benítez Alonso

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