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Luz verde para levantar otro gran centro de tecnología en la Cartuja

Diario de Sevilla | Lunes, 25 de Mayo de 2009, 16:31:08

La Hispalense comenzará este verano la construcción del Centro de Transferencia Tecnológica · El nuevo edificio es la 'joya de la corona' de la candidatura para ser Campus de Excelencia Internacional. El proyecto, con una inversión de 34,7 millones, estará listo a final de 2011 y será un punto de encuentro con la empresa.

Será una de las grandes apuestas de la Universidad de Sevilla en materia de infraestructuras para la investigación y ya cuenta con el visto bueno de Urbanismo. Antes de que finalice el próximo verano, la Hispalense iniciará la construcción del Centro de Transferencia Tecnológica en el campus de la Isla de la Cartuja, concretamente en lo que durante la Expo 92 fue la Plaza Sony, según ha confirmado a este periódico el vicerrector de Infraestructura, Antonio Ramírez de Arellano.

El Centro de Transferencia Tecnológica será un espacio de encuentro entre la investigación universitaria y la empresa, un edificio que dotará de talleres y laboratorios a los proyectos conjuntos entre dos mundos que no siempre han ido de la mano. La idea es facilitar que las empresas puedan beneficiarse de la innovación científica y tecnológica desarrollada por los investigadores de la Hispalense, y éstos de los fondos para I+D que manejan las empresas: como su nombre indica, un lugar donde se pueda producir la transferencia tecnológica. Este espacio será una de las "joyas de la corona" de la candidatura de la Hispalense para convertirse en Campus de Excelencia Internacional, un programa por el que el Gobierno de España quiere impulsar el prestigio de las universidades españolas en el ámbito internacional y que cuenta con una dotación de 150 millones de euros, un pastel nada desdeñable en la continua batalla de las universidades por captar financiación. La construcción del edificio, un proyecto de los arquitectos José María Jiménez Ramón y Ángel Luis Candelas Gutiérrez, cuenta con un presupuesto total de 34,7 millones de euros, cuya financiación será asumida por la Universidad de Sevilla, que buscará ayudas en diferentes instituciones (por lo pronto, la Junta de Andalucía ya ha confirmado 6 millones para la primera fase). Una vez que ha recibido la licencia de la Gerencia de Urbanismo, ya sólo queda la presentación del proyecto de obras. Teniendo en cuenta que, según Ramírez de Arellano, las obras comenzarán durante este verano y que el plazo de ejecución es de 24 meses, la previsión es que el Centro de Transferencia Tecnológica esté acabado a finales del año 2011. El edificio, que tendrá 25.790 metros cuadrados construidos, ha sido diseñado, según los arquitectos, "buscando la mayor simplicidad y expresividad de su tecnología constructiva, acorde con su vocación de innovación e investigación". En total, sobre rasante tendrá cinco niveles más la planta baja. Asimismo, el inmueble contará con dos plantas de sótano que dotarán al conjunto de unas 400 plazas de aparcamiento. Lo que más llama la atención del proyecto (como se puede ver en la imagen superior) es la existencia de cuatro bloques lineales paralelos con sus fachadas orientadas norte-sur, cada uno de ellos sostenido únicamente por dos "pilonos" de hormigón que contienen "los núcleos de comunicaciones y aseos" (se puede decir que recuerdan a unos enormes palafitos). Entre cada uno de estos bloques hay una separación de 25 metros y tienen un vuelo en cada extremo de 13 metros. Los cuatro bloques, cuyos interiores están diseñados para que sean flexibles con el fin de que se puedan amoldar a las necesidades de cada momento, acogerán los llamados espacios de trabajo, es decir, laboratorios que no requieren maquinaria pesada. Ésta irá ubicada en una nave longitudinal construida aparte y que descansará sobre el suelo. El vestíbulo del edificio y un salón de actos "compartimentable en dos", ambos de doble altura, completa el bloque de laboratorios en su extremo sur. Como curiosidad, los arquitectos han proyectado instalar en la fachada norte, la que da a la SE-30, una gran pantalla de leds que permitirá incluir aquella información que se quiera transmitir a los viandantes. Además de darle un aire moderno e interactivo al edificio, esta pantalla pretende ser un homenaje al Jumbotron, la gran pantalla que estuvo en la Plaza Sony durante la Expo.

Luis Sánchez-Moliní

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