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Ricardo Bofill asumirá el diseño final de Puerto Triana

Elena Benítez Alonso | Jueves, 01 de Enero de 1970, 00:00:00

Según Carmona, hay consenso institucional y político para realizarlo

Después de solucionar los problemas existentes para la consolidación del proyecto Puerto Triana, según el delegado de Urbanismo, Rafael Carmona, «se ha llegado al consenso institucional y político». Asimismo, recordó que en el proyecto que había, «existe un problema urbanístico derivado de un concurso que permitió la adjudicación de un proyecto comercial no integrado en la trama urbana, muy parecido a Disneylandia, que tenía ciertos recelos por parte de Urbanismo». El delegado explicó que una de las premisas con las que contaba la Gerencia para Puerto Triana era la necesidad de «hacer un gran proyecto que permititera unir esa zona de Cartuja a la ciudad». Por esta razón, la elección de Ricardo Bofill como arquitecto del proyecto tiene que ver con la solicitud realizada por Urbanismo para que fuera Bofill, por sus características urbanísticas y arquitectónicas. «Además ha sido una decisión aceptada por los promotores».

Según explicó Carmona, Bofill «está entusiasmado con la idea de hacerlo más ecológico y adaptado a Triana; que soluciones, además, el problema del sitio a la orilla del río y porque debe tener un sello especial para mantener las características especiales de esta zona, en consonancia con los paseos de la O y la misma calle Betis. PROBLEMA DE VOLUMETRÍA En principio, el proyecto de Puerto Triana era como «un gran contenedor en el que había un gran masacote que impedía la vista del Pabellón de la Navegación y de Torretriana». Con la línea que seguirá el proyecto de Bofill, se tratará de una cuadrícula más urbana que permita el paseo. «Esto significa que no se va a erosionar la vista, como suedió con el proyecto del Estadio Olímpico, que está hundido en el terreno». Una de las principales peticiones que la Gerencia de Urbanismo ha realizado a Bofill es que en su proyecto se contemplen con detalle los accesos y paseos urbanos, «para ir más allá de la construcción de un gran centro comercial utilizando un tratamiento muy urbano en el viario». Carmona comentó que la idea anterior era muy «de parque de atracciones y en este tipo de actuaciones las cosas se deben hacer teniendo mucho cuidado con nuestra ciudad». Según el delegado de Urbanismo, el principal problema es el de la edificabilidad. «Es preferible, en este sentido, achatar toda la volumetría, haciéndolo más ecológico, reduciendo los bloques construidos y creando zonas abiertas», comentó Rafael carmona. Con esta nueva revisión de Puerto Triana, se espera que el proyecto sea una apuesta por los planteamientos de la ciudad, «para la que se ganaría trama urbana, en una zona de Sevilla en la que el comercio se alterna con las zonas de ocio y diversión cerca de uno de los barrios con más vida de la ciudad». Bofill destaca su «integración urbana, sin ser una prolongación de la Expo» En Sevilla, «que mezcla herencia renacentista e influencias del Islam, la integración en el conjunto urbano, especialmente en una zona como en la que se va a ubicar Puerto Triana, resulta fundamental. De ahí, que en este proyecto el componente urbanístico sea tan o más importante que el arquitectónico. Por ello, si tuviera que resaltar algo de este proyecto, en el que ya estamos trabajando, sería el papel que juegan los elementos verdes y el agua en su relación con el edificio. Plazas y calles, más calles y plazas, cubiertas o no, para lograr un espacio natural agradable». Planteado pues como un proyecto «de diseño urbano, de momento se están definiendo estos parámetros. Después, se tratará la dimensión arquitectónica, para lo que ya hemos propuesto un hito». En cuanlquier caso, se tratará de conseguir «una combinación elegante, una mezcvla sutil, porque el proyecto tiene que integrarse en el entorno, pero sin que esto impida su visión». Frente a la «frivolidad americana», Bofill lo concibe «como un barrio modero, que no choque con la tradición de Triana y el centro histórico, y que tampoco sea una prolongación de la Expo, sino algo con un estilo más actual». Ricardo Bofill tenía muchas ganas de trabajar en Sevilla, una ciudad a la que, junto con Florencia, «adora». Ya antes tuvo varias oportunidades, pero ninguna cuajó. Primero fue la propuesta que el PSOE, a través del Instituto de Cooperación Iberoamericana, hizo en 1984, para convertirlo en comisario general de la Expo. Tampoco llegó a buen puerto el proyecto de ordenación global de márgenes del río con el que, cuatro años después, el entonces alcalde Manuel del Valle intentó de nuevo que el prestigioso arquitecto y urbanista catalán trabajase en Sevilla. Ese mismo año también fracasó la propuesta, esta vez de manos de la iniciativa privada, de Manuel Prado y Colón de Carvajal para el proyecto «Marina Sevilla», curiosamante también un puerto deportivo, que se desarrollaría en el antiguo cauce de «Los Gordales», en terrenos de los clubes Náutico y Mercantil. Con Puerto Triana, al a cuarta puede ir la vencida.

Elena Benítez Alonso

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