Expo92.es: Web para una exposición universal

Hola a todos, trasteando por el you, he encontrado el fragmento que Isla Mágica ha recuperado para el 20º aniversario de la Expo, no está mal aunque pensé en otra cosa, no hay fuegos artificiales como en la Expo y atentos a una voz al final del vídeo.

Con permiso de su autor lo pongo.

Un saludo.

No se si ya lo habéis publicado.

Fragmento del programa "Sevilla, Sevilla", emitido en TVE el 20 de abril de 1992 con motivo de la inauguración de la Exposición Universal de Sevilla Expo 92.

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Bueno, como no se la de veces que intentado subir este mensaje, me ahorro mi saludo largo, y me remito al " hola, a todos los conocidos de hace años y a los nuevos .

Como siempre, me encanta buscar por internet fotos y planos de pabellones pocos conocidos o de proyectos que no se realizaron. Y hace un par de días, encontré esto:

(No he podido evitar escribir esto. Siento si roza la cursilada)

Hola amigos,

Es curioso lo que te depara el futuro. Quién me iba a decir a mí en el 88, cuando estudiante de la EGB me mandaban hacer redacciones sobre lo que pasaría en el 92, pues que iba a estar ligado a este espacio de la manera que lo he estado y lo sigo estando.

Visité las obras con mis padres cuando se inauguró el telecabina, creo que en el 91;Vine con unos amigos de clase desde fuera de Sevilla, allá por mayo del 92, cuando era normal conseguir pósters y pines en los pabellones... Recuerdo que en mi familia nos habíamos sacado el pase de temporada, pero todavía lo que tenía era un resguardo que no me sirvió en la entrada, y tuve que adentrarme en Sevilla en aquellos autobuses naranja (qué aventura). El verano fue intenso, yendo y viniendo por esa carretera que ardía, todos metidos en un coche de la época sin aire acondicionado. Hoy recuerdo la magia de aquella ciudad dentro de la ciudad, que respiraba modernidad, alegría, música y color. Qué lástima que siendo un pardillo no llegase a comprender del todo la importancia de todo aquello, de lo irrepetible y del esfuerzo de esa realidad. Hoy leyendo documentación sobre el evento no dejo de soprenderme. Si emprender cualquier actividad laboral que implique la coordinación de más de dos personas supone a veces quebraderos de cabeza, no quiero ni pensar lo que es comprometer a más de 100 países y organizaciones. Recuerdo algunos pabellones cuyo contenido era bastante mediocre. En aquellos días salíamos riéndonos o protestando si habíamos esperado cola. Hoy pienso que el más modesto de los pabellones merecía todo el respeto del mundo, sólo por el esfuerzo de estar ahí.

Años después, en el 97, volví al recinto, a terminar de cursar mis estudios de Ingeniería. Qué bien estábamos en Reina Mercedes, qué lejos estaba todo esto. Qué facultad más grande, qué desangelada la zona. No obstante, ahora agradezco este paso por el recinto, pues pude ser testigo de la reconversión de la Isla de la Cartuja, como poco a poco se iba desperezando.

Mi primer empleo tenía sus oficinas en el edificio del World Trade Center. El primer edificio inteligente de Sevilla, con sus paneles oxidados y su cubierta motorizada para buscar la sombra del jardín interior y que fue el corazón administrativo y gestor los días de la Exposición.

Y hoy después de tanto ir y venir, tengo mi oficina en el renovado Pabellón de Italia. Ya sorprendía en la Expo; todavía lo sigue haciendo. Paso todos los días por el cono multicolor de la Avenida de Europa, cruzo todos los días el Puente de la Barqueta. Paso delante del Pabellón de Retevisión, donde vi por primera vez un hilo de fibra óptica. Muy cerca está el de Francia, sabiendo que en sus sótanos sigue dormida una de las instalaciones audiovisuales más impresionantes que he visto nunca. Cuando salgo camino de casa, giro en la esquina del Pabellón de Fujitsu, el objeto del deseo durante, y que vendieron por un euro después. Hoy no sé cómo pude correr desde Puerta Aljarafe hasta allí. Menudo carrerón. El pabellón del Futuro, con sus arcos. El Antique... perdón, el Pabellón Olímpico... Y en el otro extremo de la avenida, la esfera ,,bioclimática,,, uno de los iconos de la exposición. Un montón de hierros que forman una bola a base de triángulos, y que pulverizaba agua para ,,enfriar,, el ambiente. ¿Veinte años son suficientes para convertirlos en icono? Y mirándolo, y recordando mi viaje de hace dos veranos a Bélgica, ¿Necesitaba la Expo 92 un Atomium que dejar a la posteridad? ¿O una Plaza de España? Quizá será porque una SE-30, o el eje de Torneo, o el AVE, o los puentes de Alamillo, Barqueta y Expiración no caben en un monumento... digo yo.

En fin, quería poner estas reflexiones y vivencias sobre esta exposición, que ahora, con motivo del 20 aniversario, estoy empezando a comprender y a querer.